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Cómo hacer un techo con malla Raschel: Guía Definitiva

¿Estás buscando una forma económica, práctica y duradera de proteger tu patio, terraza o jardín del sol abrasador? ¡Estás en el lugar correcto! En este artículo te contaremos todo lo que necesitas saber sobre cómo hacer un techo con malla Raschel, una solución cada vez más usada por su simplicidad y efectividad.

Y no, no necesitas ser un maestro constructor para lograrlo. Con los materiales adecuados, un poco de maña y esta guía súper completa, podrás crear un espacio sombreado ideal para disfrutar con tu familia, tus plantas o incluso montar un negocio. ¡Continúa leyendo!

Paso a paso: cómo hacer un techo con malla Raschel sin morir en el intento

Ahora sí, manos a la obra. Si bien instalar una malla Raschel no es un proceso demasiado complejo, hacerlo bien desde el principio garantiza que obtengas un resultado duradero, estético y funcional. A continuación te explicamos, en detalle y con lenguaje claro, cómo construir un techo con malla Raschel paso por paso, como lo haría cualquier profesional del rubro.

Paso 1: Mide el área a cubrir

Este paso es clave para evitar errores de cálculo. Usa una cinta métrica larga y mide cuidadosamente el área que quieres sombrear. Lo mejor es que lo hagas acompañado, para asegurar que la cinta esté bien tensada y no haya desviaciones. Toma la medida del largo y del ancho del espacio, y anótalas en un papel o en tu celular. Ahora bien, un error común que se ve en muchas instalaciones caseras es calcular justo el tamaño de la malla sin dejar márgenes. Eso está mal. Siempre tienes que añadir entre 30 a 40 centímetros extra en cada lado de la malla. ¿Por qué? Porque ese excedente es fundamental para poder tensar la malla adecuadamente. Si la colocas justa, se va a colgar en el centro con el tiempo, y terminarás con una especie de “hamaca” que junta agua y se ve poco profesional.

Paso 2: Define los puntos de anclaje

Una vez que sabes qué superficie vas a cubrir, el siguiente paso es pensar dónde vas a fijar la malla. Este paso requiere observación y criterio. Mira tu espacio: ¿tienes paredes sólidas, columnas, vigas, árboles, o postes? Todos estos elementos pueden ayudarte a sujetar la malla, pero ojo, no todos son igual de firmes. Usar una pared de drywall, por ejemplo, no es buena idea porque no va a aguantar la tensión. Lo ideal son muros de ladrillo, cemento o estructuras metálicas fijas. Marca con un marcador permanente los puntos donde colocarás los ganchos, cáncamos o tensores. Si no tienes nada firme donde sujetarla, vas a necesitar instalar postes o tubos galvanizados anclados al suelo, algo que se puede hacer con cemento o bases metálicas tipo "parante". Planea que esos anclajes queden formando un rectángulo o cuadrado, lo más alineado posible, para evitar tensiones desiguales cuando coloques la malla.

Paso 3: Coloca los soportes o anclajes

En este punto ya tienes clara la ubicación de los puntos de fijación. Ahora viene el trabajo con herramientas. Usa un taladro con una broca acorde al tipo de superficie (por ejemplo, broca para concreto si vas a fijar en pared). Perfora con cuidado en cada marca que hiciste. Luego, coloca los ganchos o cáncamos. Si vas a usar tensores, instalalos directamente desde este paso. Asegúrate de que todos los puntos queden bien firmes, porque la tensión de la malla va a depender de esto. Si estás usando postes, revisa con un nivel que estén derechos y bien anclados, porque cualquier inclinación va a afectar la estética y funcionalidad del techo. En estructuras metálicas, puedes fijar abrazaderas para sujetar luego la cuerda o el mosquetón.

Paso 4: Extiende la malla Raschel

Este paso parece simple, pero tiene sus mañas. Primero, desenrolla la malla sobre una superficie plana, como el suelo, y asegúrate de que no esté torcida ni mal cortada. Si tienes ayuda, que alguien la sujete de un lado mientras la estiras. Es muy importante revisar que el lado de mayor sombra esté orientado correctamente. Algunas mallas tienen una cara con más densidad que otra, y conviene que esa cara quede hacia el sol. Ahora, comienza a sujetar una de las esquinas a uno de los puntos de anclaje. Usa cuerda de nylon, bridas plásticas o ganchos con mosquetón, según tu preferencia. Haz lo mismo con la esquina opuesta, asegurándote de que quede lo más estirada posible. Repite el proceso con las otras dos esquinas, y luego sujeta los laterales, siempre aplicando tensión de forma uniforme. Si dejas flojo algún punto, después no se va a poder corregir sin desarmar todo.

Paso 5: Tensala bien

Este es el secreto de una instalación profesional. La malla debe quedar tensa, pero sin estar excesivamente estirada (porque eso puede romperla con el tiempo). Usa tensores metálicos o cuerda con nudos corredizos para ir ajustando progresivamente. A medida que la tensas, revisa que no se formen bolsas o panzas en el centro. Si las hay, probablemente uno de los lados está más flojo. Ajusta ese lado y observa de nuevo. La malla debe quedar como un “tambor”, firme pero con cierta flexibilidad. Si vives en una zona de lluvias, es recomendable que la instales con una leve pendiente (unos 10-15°) para que el agua corra y no se acumule en el centro. Eso se puede lograr fijando un lado un poco más alto que el otro o colocando una cuerda diagonal por debajo que forme una especie de canalón. No te olvides de asegurar los excedentes de cuerda o bridas para que no queden colgando.

Paso 6: Revisa y ajusta

Con la malla ya colocada, tomate un buen rato para caminar por debajo, observa desde distintos ángulos y siente si hay alguna zona floja o mal instalada. Empuja levemente la malla con la mano para comprobar que está firme. Si usaste bridas, verifica que no estén demasiado apretadas como para dañar la tela. Este es el momento de hacer todos los ajustes finos: tensar un poco más de un lado, cambiar la posición de un gancho o cortar los sobrantes. Una vez que estés conforme con el resultado, haz una última revisión visual general. La idea es que el techo no solo sea funcional, sino que también se vea prolijo. Asegúrate de que la sombra cubra toda el área deseada, que no queden zonas desprotegidas por errores de cálculo, y que todos los puntos de fijación estén bien asegurados. Si hiciste todo como lo explicamos a lo largo del artículo, ¡vas a tener un techo con malla Raschel digno de un profesional!

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Tips pro para que tu techo con malla Raschel dure más

Porque no basta con instalarla, también hay que saber mantenerla. Aquí van algunos consejos útiles:

  • Límpiala periódicamente con una manguera o un trapo húmedo. La suciedad reduce su vida útil.
  • Evita colocar objetos pesados sobre la malla. Aunque es resistente, no está hecha para soportar peso.
  • Revísala tras lluvias o vientos fuertes, para asegurarte de que los tensores sigan firmes.
  • Si puedes, instálala en ángulo para evitar que se acumule agua.
  • Guárdala en época de lluvias o si no la usarás por meses, especialmente si vives en zonas con climas extremos.

¿Qué es la malla Raschel y por qué es perfecta para techos?

La malla Raschel es un tejido de polietileno de alta densidad que se caracteriza por ser resistente, liviano y con excelente capacidad de sombreado.

Esta malla se ha convertido en una opción preferida para techos temporales y permanentes gracias a los siguientes beneficios:

  • Bloquea hasta un 90% de los rayos solares, sin oscurecer por completo el área.
  • Es súper ligera, lo que facilita su instalación sin necesidad de estructuras muy complejas.
  • Es económica comparada con otros materiales de techado.
  • Se adapta a múltiples usos: patios, viveros, cocheras, juegos infantiles, terrazas de restaurantes, etc.
  • Tiene alta durabilidad frente a rayos UV, humedad y polvo.

Conclusión

Entra a Promart.pe y descubre nuestro catálogo de malla Raschel en distintos tamaños, colores y porcentajes de sombra. Es la opción ideal si quieres crear un espacio fresco, funcional y con estilo sin complicarte la vida. Ya sea para tu patio, terraza, cochera o jardín, contamos con todo lo que necesitás para que tu proyecto sea un éxito desde el primer día.

Hacer un techo con malla Raschel es una solución práctica que no requiere materiales costosos ni experiencia profesional. Solo necesitas un poco de planificación, seguir los pasos que te compartimos y tener las ganas de transformar tu espacio exterior. Así que no lo pienses más: ¡dale sombra a tus ideas y convierte cualquier rincón en tu nuevo lugar favorito con la ayuda de Promart!

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